Convocados por el Prior Provincial, se reunieron en el Colegio San Agustín de Madrid, los párrocos, vicarios parroquiales y encargados de iglesias de culto público de la provincia. La Comisión de Pastoral fue la encargada de presentar el orden del día y desarrollarlo a lo largo de la mañana del día 8 de marzo.
Estuvieron presentes físicamente una veintena de hermanos y hubo un grupo de unos doce religiosos que participaron de forma virtual. Fue una buena representación de las comunidades de España y Portugal, en las que se lleva adelante la tarea pastoral más vinculada a parroquias e iglesias.
En ambos países el compromiso de la provincia en estos ámbitos es muy significativo, tanto por la cantidad como por los variados proyectos evangelizadores que van creciendo de distintas maneras y con la participación de muchos.
Retos
Los desafíos que plantea la evangelización de los hombres, mujeres, jóvenes, adultos y niños en nuestra sociedad actual constituyó el arranque de la reflexión compartida a través de un diálogo rico y sincero. Las respuestas que se están dando, su validez y los cambios necesarios, fueron los puntos que guiaron la participación de los hermanos.
Se destacaron algunos elementos como vértices a los que prestar una especial atención a la hora de concretar líneas y orientaciones para dar respuesta a la nueva evangelización que se reclama desde muchos ámbitos. Citamos aquí algunos de estos vértices: la espiritualidad sinodal, la formación, la familia, el voluntariado, la atención a los necesitados, el trabajo conjunto entre colegio y parroquia allí donde son actividades de la misma comunidad religiosa, la acogida y cercanía, el cuidado de la liturgia, constante disposición a estar y mantenerse “en salida”.
Mirando al futuro
Con el Capítulo Provincial en el horizonte, la síntesis de toda esta reflexión orientará, junto a otras aportaciones, lo que la Comisión de Pastoral pueda presentar en el mismo. El anuncio, la celebración, la comunidad y el servicio, constituyen los railes por los que caminar en las parroquias e iglesias de culto público.
Además del trabajo, hubo tiempo para el encuentro y la fraternidad, algo que se agradece y siempre enriquece.