QUÉ HACEMOS

Grupos agustinianos

Grupos agustinianos

Consejos de San Agustín a la juventud

  • Si te dedicas al estudio debes mantenerte limpio de cuerpo y de espíritu; alimentarte de comida sana, vestirte con sencillez y no consumir superfluamente.
  • A la sobriedad en las costumbres le debe corresponder la moderación en las actitudes, la tolerancia en el trato, la honradez en el comportamiento y la exigencia para contigo mismo.
  • Ten siempre presente que la obsesión por el dinero es veneno que mata toda esperanza.
  • No actúes con debilidad, ni tampoco con audacia.
  • Aleja de ti toda ira, o trata de controlarla, cuando corrijas las faltas de los demás.
  • Sé el centinela de ti mismo: vigila tus sentimientos y tus deseos para que no te traicionen.
    Reconoce tus defectos y procura corregirlos.
  • No seas excesivo en el castigo, ni tacaño en el perdón.
  • Sé tolerante con los que tienden a mejorar, y precavido con los que tienden a empeorar.
  • Ten como a miembros de la familia a los que están bajo tu potestad.
  • Sirve a todos de tal modo que te avergüence dominar, y domina de modo que te agrade servir.
  • No insistas ni molestes a los que no quieran corregirse.
  • Evita con cuidado las enemistades, sopórtalas alegremente, termínalas inmediatamente.
  • En el trato y en la conversación con los demás, sigue siempre el viejo proverbio: “no hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti“.
  • No busques puestos de mando si no estás dispuesto a servir.
  • Procura progresar siempre, no importa la edad y las circunstancias en las que te encuentres.
  • Durante toda tu vida, en todo tiempo y lugar, ten amigos de verdad, o búscalos.
  • Da honor a quien se lo merece, aunque él no lo desee.
  • Aléjate de los soberbios; esfuérzate tú por no serlo.
  • Vive con dignidad y en armonía con todo y con todos.
  • Busca a Dios; que su conocimiento llene tu existencia, y su amor colme tu corazón.
  • Desea la tranquilidad y el orden para desarrollar tu estudio y el de tus compañeros.
  • Pide para ti y para todos, una mente sana, un espíritu sosegado y una vida llena de paz.

(Adaptación de ‘De Ordine’, II, 8, 25)

Un GRUPO AGUSTINIANO es un lugar privilegiado para crecer en la personalización de las experiencias humanas fundamentales y en la maduración de la fe, para aprender a ser y a compartir.

El GRUPO AGUSTINIANO nace y vive en función de una propuesta incuestionable: el seguimiento de Jesús. Es la gran opción de fondo, la razón de ser del grupo. El sustantivo es cristiano, agustiniano es un adjetivo. Lo primero, sin dudarlo, es el carácter cristiano. El sello agustiniano del grupo es la amistad vivida en comunidad, según el modelo de aquellos primeros cristianos que tenían un solo corazón y una sola alma en Dios (Act. 4,32-35).

Porque la amistad ayuda a crecer (San Agustín, Comentarios a los Salmos 83,10) y necesitamos de los demás para ser nosotros mismos (Id. 125,13), la amistad no es un matiz sino un elemento básico de la antropología agustiniana. La amistad verdadera invita al encuentro y abre a la acogida. Nace así el grupo, la pequeña comunidad. Un riesgo es convertir el grupo en una isla de felicidad o en un regazo que infantiliza. El GRUPO AGUSTINIANO exige la amistad compartida y la acción misionera.

  • La referencia fundamental del grupo no es San Agustín, su vida o su pensamiento, sino el seguimiento de Jesucristo. Más importante que la pertenencia es la referencia. Dicho de otro modo: ¡Cuidado con la idolatría del grupo! Si el grupo no está al servicio de Jesucristo, hay que revisar su orientación. Un grupo es cristiano si Jesucristo está en el centro. La Eucaristía será el punto de partida y el punto de llegada de todo el trabajo del grupo. En torno a la Eucaristía se construye el grupo, la comunidad cristiana. Una Eucaristía que borra todas las diferencias y es signo de la salvación que Dios va operando en nosotros. Si el grupo agustiniano no es, antes que otra cosa, cristiano, estamos ante una pirueta imposible.

    El GRUPO AGUSTINIANO se identifica con tres realidades de la vida cristiana:

    • La Conversión, como imperativo personal.
    • El Reino de Dios como tarea.
    • La Iglesia, signo y servidora del Reino.

    Y se nutre de una espiritualidad característica: la espiritualidad agustiniana.

    Una experiencia concreta son los grupos Inquietud, Casiciaco y Tagaste.

     

Tagaste

 
El nombre de estos grupos viene del nombre del pueblo donde nació San Agustín: TAGASTE, un pequeño pueblo en la zona oriental de Argelia, próximo a la frontera de Túnez. TAGASTE se llama hoy Souk-Ahras. Teniendo en cuenta las edades y el proceso de madured de sus mienbros, los grupos se organizan en dos etapas: Tagaste I y Tagaste II.

Tagaste I

Edad: De 11 a 13 años.

Número: 12-15 miembros.

Grupos de AMISTAD con JESÚS AMIGO.

Objetivos:

  • Descubrir la figura de Jesús como el amigo que nunca falla y es capaz de llenar toda la vida.
  • Vivir la amistad y, desde ella, buscar lo mejor de la vida.
  • Iniciarse en las experiencias fundamentales de la vida humana y cristiana. (La sinceridad, la ayuda mutua, el compañerismo, el espíritu de colaboración, el silencio, la oración…).
  • Aproximarse a la figura de SAN AGUSTÍN como alguien que amó a sus amigos, amó la vida, amó el estudio, amó a Dios, amó a la Iglesia.
  • Querer SER, querer CONOCER, querer COMPARTIR.

Medios:

  • Reuniones periódicas, cuyo calendario se fija al comienzo de curso.
  • Arrancar de experiencias concretas de vida.
  • Tiempo para el diálogo, para la celebración, para la oración, para las actividades al aire libre.
  • Campamento en verano. La vida en común pone a prueba la verdad del compañerismo, el espíritu de colaboración y la capacidad de sa­crificio. Las actividades al aire libre despiertan la creatividad, el res­peto a la naturaleza, el amor a lo pequeño y sencillo.
  • Encuentro anual con otros GRUPOS TAGASTE I.
Tagaste II Edad: 14-17 años. Número: Aproximadamente 15. Objetivos:

  • Situar en el centro de la vida la persona de Jesús y su evangelio.
  • Conocer los contenidos de la fe recibida en el bautismo para celebrar­la y compartirla (En este contexto puede tener lugar la celebración del SACRAMENTO DEL ESPÍRITU. A estas edades hay que poner ya el pie en el camino de la fidelidad).
  • Vivir la fe en clave agustiniana: amistad, comunidad, interiori­dad, búsqueda de Dios, servicio a la Iglesia.
  • Adoptar una postura constructiva frente al mundo para trans­formarlo según el plan de Dios.

Medios:

  • Reunión semanal.
  • Convivencias, Celebración de la Pascua, Campamento…
  • Participación en las actividades juveniles diocesanas e intercambio con otros grupos…uietud, Casiciaco y Tagaste.

Casiciaco

Casiciaco fue la finca donde Agustín se retiró con sus amigos y su madre para prepararse para el bautismo. Estaba situada al norte de Italia.

El grupo de CASICIACO trabajaba en el campo, leía y estudiaba la palabra de Dios, se reunía a la puesta del sol y oraba en común. CASICIACO fue para Agustín un tiempo para crecer, un tiempo de Dios. Iba a dar el gran paso de su historia personal.

Todo se compartía. Lo mismo las tareas agrícolas y domésticas que la oración o las lecturas que alimentan el espíritu. Se vivía un clima de familia.

La convivencia de CASICIACO no pudo ser más rica: Estudio, trabajo manual, oración, diálogo, memoria de los amigos ausentes. Dios como horizonte, sentido y valor absoluto de la vida humana. Experiencia del amor de Dios, manifestado de modo único en Jesucristo, y experiencia de los amigos, que son hermanos del corazón.

Edad: 18-22 años.

Número: 15 miembros, aproximadamente.

Miembros:

Jóvenes que han optado por el grupo como mediación para crecer como cristianos y para integrarse en la Iglesia de Jesús.

A estos jóvenes se les pone ya en escena, se les invita a la revisión comunitaria de vida y a elevar el techo de sus compromisos. Familia, estudios, compañeros, vida sacramental, gratuidad, opción vocacional cristiana…, son cuestiones fundamentales para vivir y revisar.

Es un tiempo de asimilación de valores. Los valores que ayudan a ser (amistad, verdad, gratuidad, libertad, solidaridad…).

Es un buen momento para la iniciación en acciones de carácter pastoral o apostólico. La animación de grupos TAGASTE, la colaboración en la Parroquia, el ejercicio de la solidaridad que se traduce en la ayuda a los necesitados, el voluntariado…

El temario puede apoyarse en materiales bíblicos, textos agustinianos sobre la oración, la comunicación de bienes, la fe, la Eucaristía… Comentarios sobre textos de pensadores actuales…

Objetivos:

  • Optar por el grupo como medio para crecer como cristianos e integrarse en la Iglesia aportando el valor de la unidad, que supone el vivir con un solo corazón y una sola alma (SAN AGUSTÍN, Regla de Vida).
  • Descubrir el proyecto de Dios sobre cada uno, que se concreta en una opción vocacional cristiana definida.
  • Testimoniar la fe desde la vida, a través de gestos más que de palabras.
  • Personalizar la actitud de servicio como un valor que hace creíble la fe.
  • Vivir la vida nueva que nos es dada por el bautismo (Gálatas 5,25).

Medios:

  • Reunión semanal.
  • Encuentros de oración.
  • Animación de los Grupos TAGASTE.
  • Voluntariado, campos de trabajo, experiencias misioneras…
  • Celebración de la Pascua.

Inquietud

Miembros:

Jóvenes universitarios o del mundo del trabajo no intelectual que, desde una fe personalizada, apuestan por los valores del Reino de Dios.

Jóvenes con una madurez humana y religiosa que les capacita para percibir el mundo como un empeño colectivo y la humanidad como el gran signo de Dios.

Hombres y mujeres que se sienten piedras vivas de la Iglesia, dispuestos a realizar un proyecto cristiano de vida.

Los grupos INQUIETUD son, de algún modo, Escuela de Animadores, Centros de Orientación Vocacional, Comunidades cristianas de Jóvenes… Tiempo de síntesis, personalización y jerarquización de valores. Descubrir la vida como PROYECTO, como BÚSQUEDA, como CONVERSIÓN y como SERVICIO.
En el proceso de madurez cristiana, la pertenencia al grupo INQUIETUD se caracteriza por tres elementos fundamentales:

  • Definición de la opción vocacional: matrimonio, vida consagrada…
  • Definición profesional.
  • Integración activa en la Iglesia y experiencia de la espiritualidad agustiniana (interioridad, búsqueda de la verdad, comunidad…)

Objetivos:

  • Conocer los fundamentos de la fe cristiana mediante una formación bíblica y teológica que permita dar razón de las propias convicciones.
  • Personalizar los valores del Reino de Dios desde una fe madura.
  • Vivir la fe cristiana como una misión que lleva a servir al hombre y a construir la ciudad de Dios mediante el amor, la paz y la justicia.
  • Asumir responsabilidades estables en la Iglesia (Catequesis, acción social, voluntariado…).
  • Sentirse vinculado a la familia agustiniana compartiendo un mismo espíritu y colaborando en sus obras apostólicas.
  • Formar parte del laicado agustiniano a través de la pertenencia a alguna de sus estructuras asociativas.

Medios:

  • Reunión periódica para la revisión de vida, la reflexión teológica, la celebración y el estudio de la espiritualidad agustiniana.
  • Participación en los programas pastorales de la diócesis.
  • Mantener relación directa con las Comunidades Agustinianas y participar, de algún modo, en su vida litúrgica y apostólica.
  • Colaborar en las Escuelas de Agentes de Pastoral Agustiniana, comunidades cristianas de jóvenes y otros servicios eclesiales.
  • Participar en los encuentros de laicos y celebraciones de carácter agustiniano.