El 20 de mayo, religiosos agustinos mayores de 75 años, de diferentes comunidades de España, se reunieron en un día de convivencia en el madrileño colegio de Nuestra Señora del Buen Consejo.
«Aprender a envejecer con San Agustín. Un decálogo agustiniano para la tercera edad» fue el tema del encuentro en el que profundizó Fr. Enrique Eriarte, OAR, especialista en S. Agustín, quien tiene varias obras escritas sobre la espiritualidad agustiniana.
Esta actividad, que se celebra anualmente, está organizada por la Comisión de Animación de la Vida Religiosa de la Provincia de San Juan de Sahagún. En esta ocasión, estuvo coordinada por el P. José Luis Martínez, OSA, miembro de dicha Comisión e integrante del Centro Médico Psicológico de la CONFER.
El encuentro se enmarca dentro de las decisiones tomadas en el I Capítulo Provincial Ordinario de la Provincia de San Juan de Sahagún, que tuvo lugar en el año 2021.
En dicho Capítulo, fue presentado y aprobado el Proyecto de Vida Religiosa para la citada Provincia agustiniana. Así, en el punto n. 5 del apartado correspondiente al ámbito provincial, se indica: «Tendremos reuniones de religiosos por grupos de edades para favorecer la renovación religiosa de los hermanos y dialogar sobre sus inquietudes».
Teniendo esto en cuenta, se juntaron una treintena de religiosos mayores de 75 años en el Colegio Ntra. Sra. del Buen Consejo, para llevar a cabo una mañana de formación, convivencia y celebración.
Recordamos que San Agustín vivió muchos años, dada la media de edad de su época, pues falleció a los 76 años. Llegar a esa edad era algo excepcional. Él mismo reconoce su ancianidad y, queda demostrado por sus obras, que mantuvo siempre la mente clara hasta el final de sus días. Por eso, es un ejemplo para las personas mayores, y Fr. Enrique, logra rescatar diez aspectos que San Agustín señala como fundamentales para vivir en la ancianidad.
Decálogo agustiniano para la ancianidad
1.- Aprender a reinventarse: Agustín tiene claro que es Cristo quien nos renueva. Por eso hay que romper con la vejez del pecado en Cristo. Es un proceso de conversión continua
2.- No perder el buen humor: Agustín invita a que, lo que hagas, hazlo con alegría. Dios ama al que da con alegría. Canta y camina.
3.-Tener encendida la llama del amor: Agustín es un anciano enamorado. Para él, toda la Escritura se centra en el amor, es el resumen de la Escritura, lo que da fuerza a los profetas.
4.- No dejarse vencer por la enfermedad: Agustín tenía una salud frágil, pero se mantuvo fiel y firme en su trabajo hasta el final de sus días.
5.- Orar hasta el final: La oración sostiene la vida de Agustín hasta el término de la misma. Agustín pide que oren por él (humildad agustiniana).
6.- Servir hasta el final: Agustín está enfermo, cansado y anciano, pero no rechaza predicar. Vivió siempre atento al servicio de la Iglesia. Fue un ejemplo de generosidad.
7.- Ser padre hasta el final: Agustín quiere dedicarse a la Escritura y a escribir sobre temas bíblicos, pero no le fue posible. El año 429 los vándalos invaden África y tiene que dedicar toda su energía a la defensa del pueblo.
8.- Mostrar paciencia siempre: Agustín tenía buen ánimo para tolerar los males, motivado por la esperanza en la vida eterna, que traería los bienes mejores. No se dejó llevar por la impaciencia.
9.- Autocrítica positiva: Al llegar al final de su vida, Agustín hace una relectura de su existencia, reconociendo sus fallos, aciertos y continuidad de sus ideas. Agradece todo lo vivido. Invita a que cada uno lea su propia vida como historia de salvación.
10.- Mirando hacia la meta: Para Agustín la vida es una peregrinación. Caminamos hacia arriba, inflamados por el Espíritu Santo. El peregrino camina con gozo. Confía en la providencia. Invita a mirar a la meta, a confiar en el Dios de la historia, de la gracia, de la vida, de la misericordia.