
Un fuego que abrasa, una llama de amor viva, “una oportunidad de dar a los demás lo contemplado: Jesús”. Del 21 al 26 de julio ha tenido lugar en el Real Colegio Alfonso XII y el Real Centro Universitario María Cristina de El Escorial la quinta edición del Observatorio de lo Invisible (OI). Un curso de verano de arte y espiritualidad donde más de 150 personas pudieron experimentar cómo la belleza abre cauces para el encuentro con el otro y con Dios.
El pintor Antonio López, el músico Ignacio Yepes o el cantaor El Niño de Elche -además de la participación de monseñor Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española-, acompañaron a los observadores y artistas encargados de los 10 talleres que han conformado el OI en una semana repleta de momentos de oración y creación compartida.
Las hermanas agustinas Ines María y Sofía, del Monasterio de la Conversión de Ávila, estuvieron como testigos privilegiados de la quinta edición del Observatorio.
Hermana Sofía, ¿Cómo han vivido este OI?
Este año para mí ha tenido un peso distinto. Tuve la oportunidad de participar en el OI que tuvo lugar el año pasado en el Monasterio de la Santa Espina en Valladolid. Lo he vivido no tanto desde la novedad con la que lo viví el año pasado, sino como oportunidad de reencuentro con muchos de los que ya habían sido “observadores”. Nuestra participación en el Observatorio consiste esencialmente en esto: presencia. Ha sido una semana de estar presente entre todos los participantes como testigos de la vida consagrada, pero también como jóvenes. Diría que para nosotras, el Observatorio es un gran espacio de ver cómo Dios se hace visible en tantos corazones inquietos que le buscan a través de la belleza.
Por su parte, hermana Ines María, ¿de qué forma les interpela el OI, qué es lo que más les ha resonado y que se llevan de vuelta al Monasterio?
(Hermana Inés María) Lo que me ha interpelado ha sido la cercanía de los participantes, la sencillez con la que se acercaban a preguntarnos, la curiosidad hacia la vida consagrada y la alegría con la que nos han acogido. Todo esto acompañado de la presencia de Él por medio de la Eucaristía todas las mañanas, la oración polifónica de las tardes, las bendiciones de la mesa todos juntos y muchos más gestos sencillos que hacían palpable a Dios entre nosotros.
(Hermana Sofía) A título personal, especialmente me ha interpelado conocer al que ha guiado nuestro taller de pintura, Miguel Coronado, un hombre que es testimonio vivo de la vida en Cristo. Además del aspecto formativo —que estoy deseando poder aplicar en nuestros talleres de artesanía en la Conversión—, me resuena profundamente el modo de vivir el arte en sintonía con la fe, incluso sin tratarse de arte sacro.
El Invisible se ha abierto paso entre todos los participantes del taller, y diría que ha ocurrido en todos los talleres, no como algo que debamos representar, sino como una Presencia que nos ha ido tocando a través de todo lo que hemos vivido.
¿Por qué consideran relevantes estos cursos de verano de arte y espiritualidad?
(Hermana Inés María). Es una gran oportunidad para unificar dos caminos que son complementarios: la espiritualidad y el arte, la vida de fe en la comunidad eclesial y el don que Dios nos ha dado para mostrar la belleza. El Observatorio de lo Invisible está concentrado en una semana en la que se aprende a agudizar los cinco sentidos, afinados por la espiritualidad.
(Hermana Sofía): Considero relevante el Observatorio de lo Invisible porque ofrecen un espacio de silencio, contemplación y creación. Es una oportunidad preciosa de vivir desde la experiencia comunitaria la búsqueda de Dios.
¿Qué podemos aprender desde la Orden de este tipo de iniciativas?
(Hermana Inés María) Podemos aprender la grandeza de la Creación. El arte es un vehículo que nos lleva a lo trascendente, a tener una mirada contemplativa. Lo sensible del arte se convierte en una vía, un camino hacia lo más profundo del nuestro ser, que es Dios. Es una unidad, diría yo, inseparable.
(Hermana Sofía) Este tipo de iniciativas tienen mucho que ver con la Orden porque llevan el sello de la inquietud agustiniana. San Agustín fue un corazón inquieto en búsqueda constante de la Verdad y la Belleza. En sus Confesiones, él mismo relata cómo fue descubriendo a Dios a través de la interioridad, el asombro y la contemplación de lo creado. Este tipo de iniciativas son una puesta en práctica de la búsqueda que Agustín vivió.
¿Qué ha supuesto el hecho de que un evento de estas características se acoja en el Colegio Alfonso XII y en el RCU María Cristina?
(Hermana Sofía) El Monasterio de El Escorial posee una belleza única que transmite cómo el hombre es capaz de hacer cosas grandes para alabanza de la gloria de Dios. Por eso, es el lugar idóneo para acoger esta iniciativa de arte y espiritualidad. Ha sido un espacio muy cómodo donde vivir esta semana. Creo que todos podemos decir que nos hemos sentido como en casa.
(Hermana Inés María) Ha supuesto un regalo muy especial el poder caminar por los claustros, contemplar los cuadros que presiden los pasillos, ser parte de esa estructura arquitectónica tan bella. Poder contemplar toda la grandeza que encierra en sí el Colegio Alfonso XII ha sido muy enriquecedor. Ha sumado un plus al Observatorio de lo Invisible, además de acompañarlo de ese tinte espiritual que ya tiene. Y ser acogidos en el RCU María Cristina nos ha permitido tomar perspectiva del privilegiado entorno que es El Escorial, donde tanta belleza se sucede.
Sobre el Observatorio de lo Invisible
El Observatorio de lo Invisible es una iniciativa promovida por la Fundación Vía del Arte donde artistas consagrados conviven y hacen posible con los alumnos-aristas una experiencia de creación, aprendizaje, oración, encuentro y diálogo.
La escuela, que este año ha desarrollado su actividad en el Real Monasterio de El Escorial gracias a la hospitalidad de la comunidad agustina y el trabajo de mediación de la Curia General, ha girado en torno a 10 talleres :
• Niño de Elche | Fuego en la boca
• Ignacio Yepes | Al calor de las Cantigas
• Javiera de la Fuente | Canto a lo divino
• José Mateos | Escribir poesía para ser poesía
• El Primo de Saint Tropez y Raúl Marcos | Las tres vías de la mística
• Miguel Coronado | La idea de belleza como estímulo para la pintura
• José Castiella | Pintura y re-enchantment
• Rosell Meseguer | De la llama al fotón
• Matilde Olivera | Sutilezas del volumen
• Alicia Ventura | Prácticas curatoriales en el siglo XXI
Los alumnos del Observatorio de lo invisible, además de explorar y crear en el taller que han elegido, tienen el privilegio de compartir clases magistrales y coloquios en un entorno de oración y creación compartida Además, los alumnos y sus profesores construyen al final de cada jornada una velada de arte donde cada taller ofrece el fruto de su trabajo y donde se producen interesantes diálogos entre las distintas disciplinas artísticas.



