Coincidiendo con la fecha del nacimiento de San Agustín, 13 noviembre del año 354, agustinos de todo el mundo recuerdan a los santos y beatos de las tres ordenes agustinas reconocidas por la Iglesia: Orden de San Agustín (OSA), Orden de los Agustinos Recoletos (OAR) y Orden de los Agustinos Descalzos (OAD). Dichos santos y beatos son maestros en la fe, ejemplo y estímulo de fidelidad a Dios y de compromiso con las personas que sufren. A ellos hay que sumar los religiosos que, actualmente, están en el camino de ser declarados santos. Este es el caso del Siervo de Dios, Francisco Cantarellas, cuyo proceso de beatificación y canonización acaba de llegar a la fase romana.
Siervo de Dios Francisco Cantarellas
Después de unos meses desde la conclusión de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización del Siervo de Dios Francisco Cantarellas Ballester (1884-1968), religioso profeso de la Orden de San Agustín, y tras haber obtenido el debido rescripto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el pasado 18 de octubre se procedió a la apertura de los actos de la investigación vaticana sobre la vida, las virtudes, la fama de santidad y los signos del Siervo de Dios.
El acto fue presidido por el Canciller del Dicasterio, en presencia del Postulador General, el P. Jesús Miguel Benítez OSA, prior de la comunidad agustiniana de Palma de Mallorca, y el P. Thomas Payilathayil OSA, miembro de la misma comunidad. Después de un breve momento de oración, se rompieron los sellos y se abrieron las cajas que contenían los documentos procesales de la investigación diocesana, llevada a cabo entre 2022 y 2024.
Con este acto, da comienzo la fase romana de la causa, durante la cual se evaluarán tanto los aspectos jurídicos de la investigación realizada en la diócesis de Palma como las pruebas relativas a la vida y virtudes del Siervo de Dios, así como su fama de santidad y los signos que acompañan su memoria.
La Causa
Francisco Cantarellas Ballester, fraile agustino, fue una figura de referencia para el convento de la Virgen del Socorro de Palma de Mallorca, donde vivió gran parte de su vida religiosa y donde falleció en 1968.
La causa de beatificación de Francisco Cantarellas Ballester representa no solo un proceso de reconocimiento de la santidad de un individuo, sino también una valiosa oportunidad para destacar la importancia de la vida consagrada y el papel de toda una comunidad religiosa en el mantenimiento y transmisión de los valores evangélicos. Este proceso de beatificación subraya que la santidad no es un hecho aislado, sino un fenómeno que involucra a la Iglesia y al Pueblo de Dios.
En particular, el fraile agustino se convierte en un ejemplo de cómo se puede vivir radicalmente el Evangelio, a través de los consejos evangélicos al servicio de los demás. Su fama de santidad, atestiguada por la devoción aún viva en la comunidad y la ciudad de Palma, y la influencia de su ejemplo en generaciones de fieles, demuestran la capacidad del Siervo de Dios para dejar una huella duradera en la vida espiritual de muchos, invitando a los fieles a profundizar en el significado de la santidad como llamada universal, mostrando cómo la santidad puede expresarse en la vida cotidiana de la vida religiosa y comunitaria.
La Orden de San Agustín (OSA), la Orden de los Agustinos Recoletos (OAR) y la Orden de los Agustinos Descalzos (OAD) celebran hoy un día de acción de gracias por todas esas vidas ejemplares. También es un día de fiesta en el que se invita a todo el mundo a seguir las huellas de tantas hermanas y hermanos que han acogido de corazón el Evangelio y han vivido fielmente su consagración al Señor.