Los días 17 y 18 de febrero ha tenido lugar en las instalaciones del Colegio San Agustín de Madrid, la XXX Aula Agustiniana de Educación, organizada por la FAE (Federación Agustiniana Española).
Una iniciativa que nació en el año 1994, y que se ha consolidado como el encuentro más importante de los colegios agustinianos de toda España.
En esta ocasión, han sido 450 los participantes provenientes de 44 colegios o instancias educativas de todo el territorio español. Profesores, directivos, laicos, religiosos, se han reunido en Madrid durante un día y medio para reflexionar juntos y conocerse un poco más.
Participantes de los colegios de la Orden de San Agustín, de la Orden de los Agustinos Recoletos, de las Agustinas Misioneras y de las Agustinas Hermanas del Amparo, han tratado el tema “Cuidarlos con cuidado: por una cultura del buen trato”. Un tema que surge de la situación actual en que viven las familias, la sociedad, los medios de comunicación, los mismos colegios.
Casos de violencia como bullying, sexting, agresiones entre iguales, etc, se encuentran en todos los ámbitos en los que se mueven los alumnos/as de los centros educativos agustinianos.
Ponentes como Javier Urra, Virginia Cagigal, Laura Davara, o el testimonio de Iñaki Zubizarreta, remiten a la importancia que tiene cuidarnos para poder cuidar, y cuidar desde el amor, la cercanía, la disponibilidad. Un cuidado en cuanto al ser y al quehacer. Algo que se expresa con la palabra, el lenguaje no verbal y con las emociones que se transmiten.
Es necesario, tal como señala Antonio Carrón OAR, en el artículo que escribe en el libro publicado del Aula, promover una cultura del buen trato que «no solo consiste en prevenir situaciones de agresión, sino también en promover relaciones saludables, respetuosas y empáticas entre las personas».
El cuidado agustiniano
Enrique Gómez, OAR, en el preámbulo de libro donde se recogen las ponencia del Aula, recuerda cómo San Agustín, cuando les habla a los encargados de la catequesis, actividad que no deja de ser una expresión educativa, les señala la importancia de crear un entorno cercano, cariñoso, seductor y agradable.
Señala Enrique, que Agustín parte de que la educación es una relación entre sujetos, donde acontece un trasvase de intimidades amparado en el respeto. Su fin consiste en enseñar a amar: que se ame, que se sepa qué amar y se oriente sobre cómo amar. Sus medios, métodos y herramientas vienen dados por el corazón y las palabras, siendo exquisitos en el modo de presentar los temas, motivando siempre desde el testimonio.
El buen trato
Hablar de buen trato, indica Antonio Carrón, nos permite no ceñirnos a una actitud reactiva ante experiencias negativas de abuso que puedan ocurrir o que hayan ocurrido. La cultura del buen trato, en sentido amplio, dirigida tanto a menores como a mayores, es una gran oportunidad educativa para formar personas en todas sus dimensiones, dando sentido al verdadero concepto de educación integral.
El compromiso con el buen trato es una llamada a ser proactivos y a ofrecer a las nuevas generaciones las herramientas para su vida presente y futura.
Finalmente, señala Antonio que la cultura del buen trato forma parte de la esencia del Evangelio y de la educación integral que, en los centros educativos católicos, queremos ofrecer. Un renovado compromiso con el buen trato, liderando esta transformación en nuestra sociedad, es una de las mejores y más necesarias aportaciones que, como Iglesia y como familia agustiniana, hoy podemos hacer al mundo. Como dijera san Agustín, «los tiempos somos nosotros; según seamos nosotros, así serán los tiempos» (Sermón 80,8).