El pasado sábado 26 de octubre, la Parroquia San Manuel y San Benito de Madrid, acogió la celebración de la ordenación sacerdotal de Fr. Kenndy St. Fleur, OSA y ordenación diaconal de Fr. Kenedy Ntengo, OSA, que presidió el obispo auxiliar de la Archidiócesis de Madrid, Mons. Jesús Vidal. Además de los familiares y amigos de los dos jóvenes, así como de los religiosos agustinos que les acompañaron en un momento tan importante, también participaron en la celebración algunos feligreses de la parroquia, que cuentan cómo lo vivieron.
Enrique García
Enrique García, miembro del Grupo de Lectio Divina y de la Fraternidad laical de la parroquia, era la primera vez que asistía a una ordenación y acudió porque al enterarse de que se iban a celebrar en su parroquia, sintió curiosidad. Le pareció emocionante y le gustó mucho tanto la música como las palabras y la delicadeza del obispo.
«Los ordenandos me transmitieron devoción y sencillez. Y eso me gustó también. Me impresionó el momento en el que los dos estaban tumbados en el suelo», señala Enrique, refiriéndose al momento posterior a la promesa de obediencia, en el que el candidato está postrado en el suelo, mientras el obispo, los sacerdotes y los feligreses recitan las Letanías, pidiendo a la comunión de los santos su fuerza y apoyo.
Para Enrique también es emotivo ver la cantidad de religiosos agustinos concelebrando en el altar, arropando y acompañando a los más jóvenes. Es una imagen transmite alegría y esperanza, tanto por el «sí» de Fr. Kenndy y Fr. Kenedy, como por la sensación de comunión y de comunidad que se refleja.
Enrique se siente afortunado al poder compartir un momento tan importante y lamenta que no participen más personas de la comunidad parroquial: «Es una contradicción que en ocasiones exijamos más compromiso a los sacerdotes y luego no acompañemos a la comunidad en un momento así».
Zahia Aziz
Por su parte, Zahia Aziz, miembro muy activo de la comunidad parroquial, destaca la solemnidad de la celebración, tanto por los cantos, como por la cantidad de símbolos y rituales que hay.
Católica iraquí residente en España desde hace cuarenta y siete años, a Zahia le gustó la presencia de personas de distintos países, tanto entre los ordenandos, ya que uno procede de Haiti y otro de Tanzania, como por parte de los religiosos concelebrantes. Esta muestra de la universalidad de la Iglesia, también se apreció en el coro que animó la celebración, integrado por los profesos agustinos de El Escorial y Valladolid.
«Me hizo mucha ilusión ver cómo se ordena un diácono porque mi padre fue ordenado diácono y yo no pude estar en la celebración», recuerda.
A Zahia le pareció emocionante el momento en el que todos los religiosos agustinos imponen sus manos sobre el ordenando y también el momento en el que cambian de vestimenta. Coincide con Enrique al señalar la alegría y esperanza que transmite ver a dos jóvenes dar un paso como este, de compromiso y servicio a la Iglesia.
«A veces pensamos que la Iglesia se acaba. Sin embargo, ver a estos dos jóvenes, te llena de esperanza».
Después de la celebración en la iglesia, los recién ordenados sacerdote y diácono, acompañados de otros agustinos, familiares y amigos, disfrutaron de un ágape, que es mucho más que un rato en el que poder comer y beber: «Estuvo muy bien. Hubo muy buen ambiente para tener un momento para charlar. Yo conocí al obispo auxiliar; me encontré con agustinos que hacía mucho que no veía como el P. Adrián, que ahora está en Valencia y que antes de su ordenación estuvo ayudando aquí también en la parroquia. También el P. Juárez, que hace años me dio un curso sobre el Apocalipsis. El ágape es un momento de hacer iglesia».
Zahia anima varios grupos parroquiales y al preguntarle por la participación de los laicos de la parroquia en una celebración como ésta, señala que cuesta mucho que la gente participe, no solo en las ordenaciones, sino en cualquier convocatoria.
Mª Jesús Alonso
Lo mismo opina Mª Jesús, que forma parte de uno de los grupos de oración de la parroquia, y cree que como el sábado suele haber compromisos familiares, puede que sea esta la razón por la que no hayan participado más personas en una ordenación de estas características.
En su caso, era la primera vez que asistía a una celebración de este tipo. Un compañero del grupo de oración le invitó. Había visto fragmentos de estas celebraciones en la televisión en alguna película y siempre me había llamado la atención. Así que no dudó en acompañar, la tarde del 26 de octubre, a Fr. Kenndy y Fr. Kenedy.
Le parecieron muy interesantes todos los símbolos que no se suelen ver en la Eucaristía de los domingos y disfrutó de la imagen de unidad y de acogida, de los agustinos y los estudiantes, con los ordenandos. Al igual que a Enrique y a Zahia, cree que el coro aportó mucha solemnidad a la celebración.
El momento de la imposición de manos de los agustinos sobre los ordenandos y el canto de las letanías es de los que más impresionan en este tipo de celebraciones, también en el caso de Mª Jesús.
Es muy importante invitar a la comunidad parroquial a este tipo de celebraciones, por la importancia que tienen, no solo para los protagonistas sino para todo el Pueblo de Dios. Mª Jesús se siente agradecida por la invitación y por haber podido participar, como miembro de una parroquia en la que ha conocido, a través del grupo de oración en el que está, una nueva imagen de Dios. «Con los agustinos he conocido a un Dios misericordioso que siempre perdona, del que no me hablaron de pequeña; un Dios que siempre está conmigo a pesar de mis pecados».