La Orden de San Agustín (OSA) heredera y propagadora de la espiritualidad agustiniana

La Orden de San Agustín (OSA) heredera y propagadora de la espiritualidad agustiniana

La Familia Agustiniana celebra los días 27 y 28 de agosto, las fiestas de Santa Mónica y San Agustín, respectivamente. Ambos santos han suscitado, desde los siglos IV-V d.C., multitud de admiradores. Y, en abundantes ocasiones, también de seguidores, como en el caso de San Agustín, de cuyo pensamiento y espiritualidad han bebido y beben multitud de grupos de religiosos y laicos en todo el mundo.

Uno de estos grupos religiosos es la Orden de San Agustín, que nace jurídicamente en la Iglesia en marzo de 1244, cuando el Papa Inocencio IV une a varios grupos de hombres que viven juntos de forma eremítica, en una vida apartada del mundo, para que se pongan al servicio de la Iglesia Universal como comunidad de frailes mendicantes. La finalidad principal, evangelizar en las ciudades que por aquella época se están formando.

La Orden, desde sus comienzos, reconoce a San Agustín, Obispo de Hipona (354-430 d. C.), como su padre, maestro y guía espiritual, no solo porque recibe de él la Regla y el nombre de la Orden, sino también su doctrina y espiritualidad, fundamentada en la búsqueda y encuentro con Dios, la vida de comunidad y el servicio a la Iglesia.

Pronto surge dentro de la Orden la vida religiosa femenina, con las características propias de la época. Son conventos de vida contemplativa donde las monjas viven en clausura. Su difusión es rápida, fundando conventos nuevos, o agregando a la Orden otros preexistentes.

La espiritualidad agustiniana atrae también a muchos laicos, que se organizan en asociaciones laicales, confraternidades y, sobre todo, en la “tercera orden”, cuya finalidad para las personas que la integran es vivir en la sociedad y en la familia los valores profesados por los religiosos en sus conventos. En la actualidad estos grupos se conocen como Fraternidades Laicales Agustinianas.

La Orden agustiniana puede ser presentada de muy diversas maneras. Se puede hablar de su carácter peculiar, de su historia, de su misión, de su carisma… Pero, ante todo y, sobre todo, la Orden está constituida por personas, hombres y mujeres que, dicho con palabras de la Regla que profesan “viven juntos en concordia, teniendo un solo corazón y una sola alma hacia Dios”. Son cristianos que, cautivados por el ejemplo y la espiritualidad de San Agustín, caminan juntos, al tiempo que construyen su propia comunidad y sirven al Pueblo de Dios.

La Orden de San Agustín, en su rama masculina, se encuentra en estos momentos en 50 países de los cinco continentes y, a fecha del 31 de diciembre de 2022, cuenta con 2.413 religiosos. La actividad apostólica que realizan los agustinos, en este caso, tanto la rama masculina como la femenina, abarca todas las dimensiones del ser humano, tanto en el ámbito espiritual, como en el material. Allí donde hay una necesidad de la Iglesia o de la humanidad está llamada a acudir una comunidad de agustinos o agustinas.

MENSAJE DEL PRIOR GENERAL EN LA CELEBRACIÓN DE SANTA MÓNICA Y SAN AGUSTÍN

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