Cátedra de Estudios Amazónicos
Presentación
La amazonía es un ámbito geográfico de 6 millones de km² repartidos entre ocho países, de los cuales Brasil y Perú poseen la mayor extensión; supone el 60% del territorio nacional de Perú, con una extensión aproximada de 760,000 Km2. Esta región constituye un espacio ecológico, humano y social donde convergen una inmensa variedad de recursos económicos, ecológicos y humanos. Sus suelos guardan grandes riquezas y recursos energéticos. El río AMAZONAS ha sido declarado recientemente como una de las siete maravillas modernas de la humanidad. Se trata de la mayor reserva de agua dulce en el mundo; sus bosques constituyen una inmensa riqueza agroforestal, importantes no sólo por su madera sino para la captación del CO2 y su transformación en oxígeno, siendo una gran aportación mundial frente al cambio climático. La región es el depósito más importante de la más diversa flora, fauna y recursos genéticos que hay en nuestro planeta (biodiversidad).
Pero la Amazonía no es sólo economía, sino fundamentalmente un espacio humano donde se asientan diversos grupos étnicos, con una variada manifestación cultural y religiosa que se está redescubriendo para el mundo moderno. En esta amplia región se estructura y configura el concepto de diversidad cultural, donde el hombre ha vivido históricamente en armonía, simbiosis y en un estrecho equilibrio con su medio ambiente; se desarrolla, a la vez, el protagonismo de los pueblos indígenas teniendo en cuenta la dimensión humana en su totalidad; se despierta la toma de conciencia de los mismos indígenas y de los ribereños de su identidad personal, cultural y de la realidad en la que viven y, al mismo tiempo también, de sus potencialidades y de su capacidad de gestión para que sean agentes de su propio desarrollo integrados en lo local, en lo regional, en lo nacional y en la globalización mundial; también, se cultivan los procesos de formación ciudadana que despierten las ideas creativas en orden social, político, económico, religioso y cultural para que contribuyan a desarrollar una mejor calidad de vida; por fin, se despierta el respeto a la interculturalidad, a la ecología en todas las dimensiones, a la ecoteología, a la teología contextual india.
En esta región se están produciendo desde hace varias décadas importantes cambios en todos los aspectos, influenciados principalmente por racionalidad occidental. La globalización, presentada como “progreso” (pero reducida a la explotación de sus recursos naturales si no se controla), muchas veces rompe con los equilibrios sociales y ecológicos, construidos en base a un aprendizaje de muchos siglos entre el hombre y su naturaleza. Es conocida, por ejemplo la situación que tuvo lugar en los inicios en el siglo XIX y XX con la explotación y exportación al extranjero de productos como la zarzaparrilla, el árbol de la quina y el caucho.
La prosperidad que conllevó este mercado internacional resultó ser falaz, porque no supieron obtener y reinvertir los beneficios en la zona; y además, fue en esta época donde se cometieron atrocidades contra la población indígena por parte de los caucheros, hasta el punto de que el Papa Pío X publicó, justamente ahora hace un siglo, la encíclica Lacrimabili Statu denunciando con inusitada energía los malos tratos a que eran sometidos los indígenas en las plantaciones de caucho del Perú. El informe del gobierno inglés encargado a Roger Casement desvela incluso una situación más atroz, con la tortura y asesinato de miles de indígenas amazónicos durante la fiebre del caucho (marzo 1911).
Los intereses económicos, si no se pone el máximo esfuerzo en el control exigiendo el cumplimiento de leyes justas, investigación, desarrollo sostenible y vinculación a los procesos mundiales de cuidado por la ecología, proseguirán esquilmando las riquezas naturales, poniendo en peligro el ecosistema, constituido en el pulmón del universo, con la deforestación y la contaminación y, afectando sobremanera, a los pocos grupos étnicos que aún sobreviven.