Evangelio del I Domingo de Cuaresma, según San Agustín

Este evangelio presenta las tentaciones de Jesús. San Agustín advierte de no escuchar al diablo y de no seguir a los falsos cristianos.

En este primer domingo de Cuaresma, el evangelio nos presenta las tentaciones de Jesús. San Agustín nos advierte de no escuchar al diablo, de no seguir a los falsos cristianos que nos sugieren que no sigamos el mensaje del evangelio y desviarnos del camino de Jesús. Pero si, por error, nos hemos desviado del camino; no perdamos nunca la esperanza en el amor y en la misericordia de Dios. No seamos como Judas, arrepintámonos y abrámonos al perdón de Dios que siempre está pronto para perdonarnos.

Tentación

En el momento de la tentación – pues el Señor fue tentado, para que nosotros aprendiéramos a resistir al tentador – dijo el diablo al Señor: Si eres Hijo de Dios, tírate abajo. En efecto, lo había llevado al pináculo del templo; no reconocía en él a su Señor, y le enseñaba el precipicio como a un hombre. Ignorando que era su Señor, probaba en el verdadero Cristo lo que preparaba para persuadir a los falsos cristianos. Los donatistas no son falsos cristianos, porque no son ni cristianos, puesto que oyen lo que fue sugerido por el diablo y no escuchan lo que le respondió Cristo.

La respuesta

¿Qué respondió el Señor, nuestro maestro y salvador, al diablo que le sugería tales cosas? Ponte detrás, Satanás, pues está escrito «No tentarás al Señor tu Dios». Efectivamente, el diablo tomó de la Escritura su sugerencia, y el Señor le respondió con la Escritura. El diablo había dicho al Señor: «Pues está escrito que te mandará a sus ángeles, que te cogerán en sus manos, no sea que tu pie tropiece contra una piedra. Precipítate – le dice – y, si eres Hijo de Dios, los ángeles te recibirán en palmas; ¿por qué temes?»

Podía el Señor arrojar su carne sin permitir que muriera, pero Cristo no enseñaba a los futuros cristianos lo que el diablo le sugería cuando lo tenía presente. Esto mismo sugiere el diablo a los donatistas, diciéndoles: «Precipitaos, los ángeles os reciben; con tal muerte no vais al castigo, sino que os encamináis a la corona». Serían cristianos si prestasen oído a Cristo y no diesen crédito al diablo, que primeramente los separó de la paz de la Iglesia y luego les dio a quienes se precipitan. Les preguntamos y les decimos: «Si os agrada la muerte voluntaria y creéis que es cosa hermosa morir espontáneamente sin que os fuerce ningún enemigo ni os mate ningún adversario, ¿por qué corréis tan rápidos al precipicio y nunca a la soga?«

Según está escrito, para que Judas entregase a Cristo, entró Satanás en su corazón; quien le persuadió a entregar a Cristo, él mismo lo convenció para que se ahorcase con una soga. Se arrepintió de haber entregado la sangre de un justo, pero su arrepentimiento fue sin esperanza; se arrepintió, pero perdió la esperanza, no creyó que podía recibir el perdón. No se acercó al que había entregado, no le pidió perdón, no imploró su liberación, no se encomendó a la redención obrada por su sangre. El Señor, que fue misericordioso con los judíos, no se hubiera mostrado cruel con Judas.

Sermón 313 E, 4

También te puede interesar

Evangelio del XXXI Domingo del T.O., según San Agustín

En este día en el que conmemoramos a los fieles difuntos, San Agustín nos ayuda a pensar sobre la vida eterna. Todos queremos vivir,...

Encuentro de administradores de colegios, colegios mayores y residencias

El viernes 24 de octubre, el Colegio Mayor Universitario Mendel, de la Provincia agustiniana de San Juan de Sahagún, acogió el encuentro anual de...

Hermanamiento de parroquias agustinas de España y Perú

Dos parroquias agustinas de España, Ntra. Sra. del Carmen, en Los Negrales (Madrid) y Santa Rita, en Zaragoza, se han hermanado con la parroquia...

Mari Luz y Rita: testimonios en defensa de la Amazonía

La lideresa indígena Mari Luz Canaquiri Murayari, reciente ganadora del Premio Goldman por su defensa del medio ambiente, y la abogada de derechos humanos...