Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección. Son cuatro días que cambiaron la Historia y que cada año los cristianos celebramos para recordar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Ofrecemos una reflexión de cada uno de estos días, desde la perspectiva de la espiritualidad agustiniana y con la intención de que ayuden al lector a entender mejor su fe y a vivir con más sentido estos días.
Reviviendo el Camino de Emaús, en el camino de la Vida:
-¡Cuánta desorientación y cansancio!
-¡Cuánta desesperación que nos rebalsa!
-¡Cuánto renegar y discutir por todo y por nada!
-¡Cuántos nudos internos y externos asfixian la calma!
-¡Cuántas desilusiones grandes y chicas postergadas!
Y es que:
– Sólo a medias vivimos y no nos alcanza.
– Sólo a medias nos conocemos y no nos basta.
– Sólo a medias luchamos y la tibieza nos gana.
– A medias solamente tenemos esperanza…
Y en medio de esta maraña de sentidos y sinsentidos, de vacíos y estancias, ha llegado, por fin, la soñada Esperanza:
Jesús Resucitado:
Nos hablas, Señor, y sacudes la tristeza en nosotros hace mucho tiempo ya hospedada.
Nos hablas, Señor, y leemos los hechos de tu vida y la nuestra al resplandor de tu Palabra.
Nos hablas, Señor, y se descuelga a nuestras vidas tu fuego, tu ardor, tu llama.
Nos hablas, Señor, y al partir el Pan te descubre nuestra mirada.
Nos hablas, Señor, y despertamos una vida más fresca, más hermosa, más plena, más comunitaria.
Nos hablas, Señor, y nuestro mundo, nuestra familia, nuestra vida está más unida y cambiada.
Nos hablas, Señor, y esta porción de tu Pueblo,está siendo evangelizada.
Nos hablas, Señor, y nuestros barrios y colonias, nuestros pueblos y cantones, nuestras patrias se sienten más transformadas.
Nos hablas, Señor, y nuestras gentes, tan marianas, responden a tu llamada.
Nos hablas, Señor, y anunciamos con ardoroso corazón ¡tu presencia resucitada!
Y ya para despedirnos, en este día primero, no podemos sino rescatar aquellas palabras poéticas que alguien, hace años, escribió …pensando en el Hijo nuestro:
En la mañana de Pascua
una explosión de misterio,
el difunto rompe losas
dejando libre el infierno;
sus puertas ya están abiertas,
toque de vida a los muertos,
Eva y Adán, redimidos,
por vez primera sonrieron.
Hijos de Adán, hijos de Eva,
no lloréis más sin consuelo,
alguien lloró vuestros llantos,
vuestras penas florecieron.
Hay señales de victoria
en infierno, tierra y cielo,
un manto de flores blancas
cubre todo el universo.
¡Qué bien huele a rosa y nardo,
y a pan carnal recién hecho!
Todo sabe a miel con vino,
como en banquete del Reino.
Fue en la mañana de Pascua
lo que un día al fin seremos.
Dios esperando a sus hijos
con los dos brazos abiertos.
Es Cristo resucitado
anticipo y compañero,
él nos ha abierto el camino,
parto del hombre nuevo.
Sé tú mi fiesta perenne,
en la noche mi lucero,
sé tú mi blanca bandera,
todos los triunfos al vuelo.
FELIZ Y SANTA PASCUA DE RESURRECCIÓN