El sábado 28 de junio, víspera de la solemnidad de San Pedro y San Pablo, la Iglesia del Monasterio de Santa María de La Vid (Burgos) acogió una celebración especial. Se festejaron las Bodas de oro, plata y diamante de profesión simple de treinta y tres religiosos agustinos. Estuvieron acompañados por el Prior Provincial, P. Domingo Amigo, otros religiosos agustinos, sus familiares y amigos. Disfrutaron de una jornada de fiesta, con motivo de un aniversario que reúne las historias personales de vocación religiosa de los homenajeados.
De los treinta y tres religiosos que celebraban su aniversario, solamente asistieron dieciocho. El resto de los hermanos no pudieron participar por encontrarse enfermos y por estar viviendo fuera de España, en diversas partes del mundo.
Las listas de todos los que estaban convocados son las siguientes:
Diamante
- P. Leandro ALONSO TURIENZO
- P. Manuel Ángel ANDRÉS ALEGRE
- P. José CORREDOR GARCÍA
- P. Miguel ESCARTÍN HERNAMPÉREZ
- Mons. Cipriano GARCÍA FERNÁNDEZ
- P. Pedro GARCÍA GALENDE
- P. Hipólito MARTÍNEZ RABANAL
- P. Prudencio Fernando ROJO MARTÍNEZ
- P. José María Diego VÁZQUEZ BRACHO
Oro
- P. Daniel Ángel ABAD ROSSI
- P. Valeriano ALDONZA CAMPO
- P. Rafael ALONSO ROMÁN
- P. Jesús ÁLVAREZ FERNÁNDEZ
- Mons. Alberto Germán BOCHATEY CHANETÓN
- P. Pedro Antonio GALLEGO MARTÍN
- P. Miguel GÓMEZ MARTÍN
- P. José Luis IGLESIAS DÍEZ
- P. Fernando JOVEN ÁLVAREZ
- P. Víctor LOZANO ROLDÁN
- P. José María MARTÍN SÁNCHEZ
- P. Francisco NAVAS PLATA
- P. Agustín OTAZO REDONDO
- P. Francisco Juan PEÑA MARINA
- P. Jesús TORRES FERNÁNDEZ
Plata
- P. Carlos Alberto FLORES HAYLOCK
- P. Shiju Varghese KALLARAKKAL MICHAEL
- P. Aloysius KOCHEEKARANVEETIL CLEETUS
- P. John Bosco KUTTUTHARA FRANCIS
- P. Dipi KATTATHARA PETER
- P. Gontardo Fidelis MATAVIKA
- P. José Guillermo MEDINA ORTIZ
- P. Athanas Edward ZENG
Homilía
Mons. Alberto Bochatey, obispo agustino auxiliar de La Plata (Argentina), que también celebraba, en su caso, las bodas de oro de profesión religiosa, presidió la eucaristía. En las palabras que dirigió a todos los presentes, señaló que este aniversario es un motivo de gran alegría para ellos y también para toda la Orden de San Agustín.
Agradeció a todos los homenajeados la fidelidad a la vocación religiosa agustiniana, porque con ello constituyen un modelo para los agustinos más jóvenes, que se encuentran en las diferentes etapas de formación como miembros de la Orden.
Cumplir las bodas de oro, plata y diamante de los votos es un motivo de júbilo, tanto para los protagonistas, como para los hermanos que los han acompañado a lo largo de su caminar. Por eso, el 28 de junio, estuvieron a su lado agustinos de distintas comunidades de España, Portugal y, también de otros países, que no quisieron perderse el día de fiesta.
Mons. Alberto hizo alusión a varios momentos de su estancia en La Vid, cuando era un joven profeso agustino. Dichos recuerdos, citando a religiosos que fueron sus formadores, deleitaron a los agustinos presentes, ya que muchos de ellos también habían pasado por el Monasterio en su período de formación inicial.
Acción de gracias
Al final de la eucaristía y, en nombre de los homenajeados, habló el P. Jesús Torres, que celebraba sus cincuenta años de profesión. Hizo una oración de acción de gracias, en la que mostró su agradecimiento a los padres, por el don de la vida y por sembrar en sus corazones la semilla de la fe. También agradeció a Dios la vocación religiosa y a todos aquellos que en este camino han sido modelo y referentes.
De igual manera, el P. Jesús Torres dio las gracias a los compañeros religiosos, por hacer posible la vida en comunidad, que es seña de identidad de la Orden de San Agustín. Así como a los familiares y amigos que han compartido los momentos alegres, pero que también han dado apoyo en los días complicados.
En un momento de la eucaristía los homenajeados renovaron los votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia. Y, una vez concluida la eucaristía, el Prior Provincial entregó a cada uno de los homenajeados una medalla con la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo.
Testimonio bodas de oro
El P. Miguel Escartín Hernanpérez, que acaba de celebrar las bodas de diamante, señala que aún recuerda el momento en el que, siendo niño, empezó a soñar con ser misionero. Recuerda la vida sencilla, de sus años de formación en el Monasterio de La Vid.
Nada más ser ordenado sacerdote, fue destinado a Argentina, donde ha vivido 68 años como misionero, en pequeñas comunidades, combinando su labor de párroco, con la de docente, acompañando la vida de tantas personas y dejándose acompañar también por ellas.
El Concilio Vaticano II le pilló en Uruguay, donde estuvo destinado 15 años, antes de regresar de nuevo a Buenos Aires.
A punto de cumplir 93 años, el P. Miguel Escartín se siente afortunado: «Estoy feliz de ser religioso y agustino; de haber sido profesor, párroco y de haber dado mi vida al servicio de la iglesia y de la comunidad».
«Quiero seguir trabajando, mientras el Señor me dé fuerzas -subraya-; seguir confesando, que es lo que puedo hacer ahora. Invito a los jóvenes, a los matrimonios y a los fieles en general, a seguir la Palabra de Dios y el carisma de san Agustín. A seguir la luz del Señor como está haciendo el papa León XIV».
Testimonio bodas de plata
Por su parte, el P. Shiju Varghese, que acaba de celebrar los veinticinco años de profesión simple, señala que vive su vocación religiosa como un regalo de Dios: «Han sido años llenos de momentos que le han formado y transformado acercándole más a Dios. Para mí, la vocación agustiniana ha sido una fuente profunda de sentido, crecimiento y alegría».
El P. Shiju, natural de India, recuerda que cuando entró en el seminario con apenas 15 años, no conocía a san Agustín, ni lo que era la vida en comunidad. Todo era una intuición: «Cuanto más conocía a san Agustín, más lo admiraba y me encantaba la vida comunitaria y la idea de buscar juntos Dios».
«Ser agustino es vivir con un corazón inquieto y dejar que esta inquietud me acerque más a Dios y a los demás. Quiero dar gracias a Dios por todo lo vivido; ha sido un camino lleno de bendiciones», añade.
La historia de una vocación es un proceso con hitos relevantes, que indican un paso adelante en el compromiso. Dos de estos momentos importantes son la profesión de los votos simples o temporales y la de los votos solemnes, que señalan la consagración a Dios en la Orden de San Agustín para toda la vida. Acontecimientos que merecen la pena ser recordados y actualizados.
