El pasado 4 de octubre se celebró en el Monasterio de Santa Mónica de Zaragoza, la misa de despedida de la comunidad agustiniana de vida contemplativa de dicha ciudad. Tras casi 400 años de presencia en la capital maña, el Arzobispo, Mons. Carlos Manuel Escribano Subías, las despedía entre el agradecimiento por su presencia orante en la archidiócesis y la tristeza de su partida.
El Arzobispo señaló en su homilía que, cada vez que una comunidad contemplativa tiene que cerrar un convento por falta de vocaciones, la archidiócesis entera se resiente. La presencia orante, silenciosa, entregada a Dios, es una fuerza dinamizadora de toda la iglesia.
«Le damos gracias a Dios por su presencia, por su testimonio- afirmó Mons. Escribano-. Y también le pedimos que puedan vivir con fidelidad y felicidad en su nuevo destino, en la comunidad de Sancti Spiritus de Valladolid que las acoge con fraternal abrazo».
Historia
El Monasterio de Santa Mónica en Zaragoza fue fundado el 21 de noviembre de 1647, por el convento de San Agustín de esta ciudad. Para llevar a cabo la fundación fueron dos religiosas del Monasterio de Mirambel (Teruel), y otras dos monjas del Monasterio de Morella (Castellón).
El agustino Fray Bartolomé Foncalda, Obispo de Jaca, fue quien ayudó en la construcción de la iglesia del nuevo convento. Una iglesia preciosa que desapareció durante la Guerra de la Independencia. Dado el estado casi ruinoso en que se encontraba el Monasterio, la Comunidad optó por hacer uno nuevo en el mismo sitio.
Un acontecimiento importante en la historia de esta comunidad fue la celebración de la primera Asamblea de Monasterios de religiosas agustinas, en este convento de Santa Mónica, del 6 al 9 de noviembre de 1956, dando origen a la Federación de Nuestra Señora del Pilar y Santo Tomás de Villanueva, que en esta fase inicial reunía 21 monasterios.
La comunidad ha mantenido siempre una relación especial con la parroquia de Santa Magdalena (a la que pertenece el convento), por haber acogido, durante 17 años, los cultos de la parroquia, mientras se desarrollaban los trabajos de restauración del templo parroquial. Y ha contado desde su nacimiento con el apoyo y la capellanía de los Agustinos de la Provincia de San Juan de Sahagún de Zaragoza.
Trabajo
Históricamente, el trabajo de las religiosas agustinas ha consistido en la elaboración de Formas para la Eucaristía, así como la realización y venta de dulces.
En los últimos años, se había popularizado una oración que preparaban mensualmente -conocida como “la Oración de las Mónicas”-, a la que acudían matrimonios que deseaban rezar por sus hijos.
La iglesia también ha sido la sede de la Cofradía de Jesús de la Humildad y de María del Dulce Nombre, y el lugar donde se hacían las celebraciones propias y la procesión con costaleros.
Y, mensualmente, la comunidad se ha estado reuniendo con el grupo de oración carismática CANÁ.
Nuevo hogar
Todas las hermanas van a ir a vivir a Valladolid, al convento de agustinas contemplativas del Sancti Spiritus. La fundación de este data del siglo XVI y, en un principio, estuvo situado en el pueblo vallisoletano de Portillo. El comendador de la Orden del Espíritu Santo, Martín Gálbez de Villasirga, pidió permiso para trasladar a la comunidad a Valladolid, donde proporcionó a las religiosas agustinas un nuevo convento e iglesia en la calle de las Riveras, llamada posteriormente acera de Sancti Spiritus y desde 1898 Paseo de Zorrilla.
En los años 60 del siglo pasado el convento fue derribado debido a su mal estado, y la comunidad se trasladó a la ubicación actual. En estos momentos la comunidad la integran siete hermanas, cinco españolas y dos keniatas. Con la llegada de las cuatro hermanas de Zaragoza serán once religiosas, siete de España y cuatro de Kenia.
Una comunidad más grande para compartir la fe, la vida fraterna, la oración litúrgica, la contemplación. Así como la experiencia profesional en ámbitos que van, desde la encuadernación, en el caso de las agustinas de Valladolid, a la repostería y la fabricación de formas, en el caso de las procedentes de Zaragoza.