QUIÉNES SOMOS

Espiritualidad

Advocaciones Marianas en
la orden de San Agustín

NUESTRA SEÑORA DE LA CONSOLACIÓN Y CORREA

María es “Madre del consuelo” o “Consoladora de los afligidos”, ya que por medio de ella Dios envió el consuelo a su pueblo: Jesucristo. También nos recuerda la cercanía de María con el afligido, el triste; fortaleza en el dolor y en la soledad.

Según la leyenda, María consoló a Santa Mónica en su aflicción por la muerte de su esposo y el camino errado de su hijo Agustín, exhortándola a vestirse de negro y ceñirse una correa que le entregó. Después de su conversión, muerta Santa Mónica, Agustín se vistió de igual modo y legó correa y hábito negro a sus discípulos en la vida religiosa.

NUESTRA SEÑORA, MADRE DEL BUEN CONSEJO

María, en las bodas de Caná, dice: “Haced lo que él os diga”.

Este consejo de María también es para nosotros, es la Madre que nos aconseja invitándonos a seguir a Jesús “camino, verdad y vida”.

Es uno de los títulos marianos más venerados por la Familia Agustiniana.

NUESTRA SEÑORA DE GRACIA

En este título la Iglesia reconoce a María como mediadora de todas las gracias.

La Virgen María es “madre de la Gracia” porque llevó en su seno al Dios y hombre verdadero y nos dio al mismo “Autor de la gracia”.
La iconografía está también relacionada con la Anunciación, donde se denomina a María como “llena de gracia”.

NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO

El Pueblo de Dios ha invocado en los siglos la protección y el amparo de la Virgen, en la certeza de su mediación como abogada o mediadora.

La iconografía agustiniana del Socorro representa el amparo y socorro de María al alma cristiana y devota que busca su protección.