Los villancicos son el modo popular en el que históricamente el pueblo -«las villas»-, ha contado cantando qué sucede en Adviento, así como la alegría de la Navidad. Con distintas letras y estilos musicales, estas composiciones relatan cómo vivieron los pastores o los magos de Oriente, el nacimiento de Jesús.
Siglos después, este género se mantiene como una de las tradiciones más arraigadas de estas fechas y se sigue renovando el repertorio. En colegios, parroquias y también en familia se cantan los villancicos de siempre, pero también otros nuevos.
Cuando apenas quedan 24 horas para la Nochebuena, recogemos algunos de los villancicos que se han estrenado recientemente en los apostolados de la Provincia de San Juan de Sahagún.
Amigos del Mundo
Desde la comunidad agustina de Ceuta, llega «Navidad: La Manifestación del Señor», un tema de Amigos del Mundo Group Music en colaboración con el Colegio San Agustín, que relata la encarnación del Señor, la adoración de los Reyes y los pastores, así como el mensaje de paz, humildad y esperanza del nacimiento del Hijo de Dios.
Amigos del Mundo es un grupo de música integrado por religiosos y laicos, vinculado a los agustinos de Ceuta, cuyo principal objetivo es transmitir la fe a través de la música. Con varias décadas de historia, han compuesto nuevos temas y tienen previsto actuar en colegios y parroquias de la Orden de San Agustín en España.
Colegio San Agustín de Santander
En el Colegio San Agustín de Santander, por su parte, el coro que dirige la profesora Laura Glez. Ortigosa acaba de sacar a la luz su primer disco de villancicos, «Con sabor a Navidad». Un álbum en el que se pueden escuchar composiciones como «La Mula», que con aires de bolero, transporta a esa noche en la que Jesús nació.
«Aquel pequeño portal», con letra de la profesora Elena Villazón del Campo, es el primer villancico original de este grupo coral, con el que los integrantes, niños de entre 6 y 14 años, han felicitado la Navidad a la comunidad educativa de su colegio.
La canción habla de la noche en la que los pastores y los magos de Oriente siguieron una estrella para no perderse el nacimiento del Niño Dios y cómo nosotros cada año revivimos este acontecimiento.
La música tiene la capacidad para unir y conectar a las personas. También tiene un enorme poder evocador, por lo que se convierte en un instrumento privilegiado para recordar los momentos importantes de nuestra historia o imaginar cómo fueron esas escenas que recordamos en tiempos como el de Adviento o Navidad. Con los villancicos, imaginamos y contagiamos emociones como la alegría o la esperanza.
Así, iniciativas como las de los colegios agustinos en Ceuta y Santander no solo mantienen viva esta tradición, sino que también son medio para celebrar y transmitir el mensaje atemporal de la Navidad: la fe, el amor y la esperanza.