Los Campamentos Tagaste son una de las propuestas de verano para jóvenes más consolidadas en ambientes agustinos. Para muchos chicos y chicas constituye un aliciente muy importante del itinerario de fe que se ofrece en colegios y parroquias, ya que es allí donde celebran el final de curso y donde hacen nuevos amigos de distintos lugares pero con los mismos valores. Participar en estos campamentos es también la manera de ir afianzando la identidad agustiniana. Por eso, las personas encargadas de la pastoral en colegios y parroquias destinan mucho esfuerzo y recursos a este tipo de actividades.
El pasado mes de agosto, del día 22 al 31, tuvo lugar el campamento Tagaste en Penafirme (Portugal), que acogió a niños y jóvenes de las dos parroquias que los agustinos tienen en dicho país.
Organizado por los miembros de la JAP (Juventud Agustiniana Portuguesa), el grupo estuvo acompañado por los religiosos agustinos P. Miguel Ángel San Gregrorio, de la comunidad de São Domingos de Rana y P. Fernando José Asencio, de la comunidad de Santa Iria de Azoia. Este año, con motivo de la celebración del 50 aniversario del regreso de la Orden a Portugal, el lema del campamento fue “Tagaste en fiesta”.
Un total de 100 acampados y 21 monitores pudieron disfrutar esos días de juegos, actividades, excursiones, dinámicas, reflexiones, oración…, tal y como suele acontecer en los diferentes campamentos organizados por la Provincia Agustiniana de San Juan de Sahagún, donde se vive plenamente el espíritu agustiniano.
El 28 de agosto, miembros de ambas comunidades celebraron juntos la Eucaristía con ocasión del día de San Agustín y compartieron el almuerzo con el grupo de niños y jóvenes.
Fue una gran experiencia para todos, que tenían mucha ilusión por volverse a ver. El verano pasado los miembros de la JAP se dedicaron en cuerpo y alma a la preparación del Encuentro Juvenil Agustiniano y de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebraron en Lisboa, por lo que no pudo organizarse el campamento. Así que este año han vivido un reencuentro muy esperado.
El campamento Tagaste de los agustinos de Portugal no habría sido posible sin el equipo de cocina y los voluntarios de las parroquias, que trabajaron con mucho cariño para que todo estuviera a punto y que niños, jóvenes y mayores pudieran disfrutar de estos días como le gustaba a San Agustín, en comunidad.