Respecto al evangelio del IV Domingo de Pascua, domingo del Buen Pastor, San Agustín nos recuerda cómo los pastores deben seguir al único Pastor que es Cristo. Pero también los pastores deben estar unidos al único Pastor para llevar a todas las ovejas hacia Él. Las buenas ovejas y los buenos pastores viven así porque están unidos al único Pastor. Por eso, la caridad nos debe llevar siempre a vivir en la unidad.
Unidad
Mis ovejas escuchan mi voy y me siguen (Jn 20, 27). Aquí descubro a todos los buenos pastores en uno solo. Pues no faltan los buenos pastores, pero se hallan en uno solo. Los que están divididos son muchos. Aquí se anuncia uno solo, porque se encarece la unidad. En verdad, si aquí no se habla de pastores sino de un solo pastor, no se debe a que el Señor no haya encontrado a quien confiar sus ovejas.
Entonces las confió porque encontró a Pedro; más aún, hasta en el mismo Pedro nos recomendó la unidad. Eran muchos los apóstoles y sólo a uno se dice: Apacienta mis ovejas. ¡Lejos de mí decir que faltan ahora buenos pastores; lejos de mí pensar que lleguen a faltar; lejos de su misericordia el que no los engendre y constituya como tales! En efecto, si hay buenas ovejas, hay también buenos pastores, pues de las buenas ovejas salen buenos pastores. Pero todos los buenos pastores están en uno, forman una unidad.
Apacientan ellos: es Cristo quien apacienta.
Cristo
Los amigos del esposo no profieren su voz propia, sino que gozan de la voz del esposo. Por lo tanto, es él mismo quien apacienta cuando ellos apacientan. Dice: «Soy yo quien apaciento», pues en ellos se halla la voz de él, en ellos su caridad. Quería que el mismo Pedro a quien confiaba sus ovejas, como si fuera su otro yo, formase unidad consigo, para de este modo confiarle las ovejas. Porque así Cristo sería la cabeza y Pedro representaría al cuerpo, es decir, a la Iglesia, y como esposo y esposa serían dos en una sola carne. Por lo tanto, al confiarle las ovejas, ¿qué le pregunta antes como para no confiárselas a otro distinto de sí? Pedro, ¿me amas? Y respondió: Te amo. De nuevo: ¿Me amas? Y respondió: Te amo. Y por tercera vez: ¿Me amas? Y respondió: Te amo. Asegura la caridad para consolidar la unidad. Así, pues, él mismo, siendo único, apacienta en éstos; y éstos apacientan formando parte del que es único. No se habla de los pastores, y se está hablando. Se glorían los pastores, pero quien se gloríe, que se gloríe en el Señor.
Los alejados
Esto es apacentar para Cristo, apacentar en Cristo, apacentar con Cristo y no apacentarse a sí mismo fuera de Cristo. No pensaba en la penuria de pastores, como si el profeta anunciase como venideros estos malos tiempos, cuando dijo: Yo apacentaré a mis ovejas, como diciendo: no tengo a quien confiarlas. En efecto, cuando aún vivía Pedro, y cuando aún se hallaban en esta carne y en esta vida los apóstoles mismos, entonces dice aquel pastor único, en quien todos forman una unidad: Tengo otras ovejas que no son de este redil; es preciso que yo las atraiga, para que haya un solo rebaño y un solo pastor.
Así, pues, estén todos en el único pastor, anuncien todos la única voz del pastor, de modo que la oigan las ovejas y sigan a su pastor, no a éste o al otro, sino al único. Anuncien todos, unidos en él, una sola voz; no tengan diversas voces. Os ruego, hermanos, que todos anunciéis lo mismo y no haya entre vosotros divisiones. Oigan las ovejas esta voz ajena a división, expurgada de toda herejía, y sigan a su pastor que dice: Mis ovejas oyen mi voz y me siguen.
Sermón 46, 30