
El cardenal Bergoglio es elegido Papa el 12 de marzo de 2013. Don Claudio Hummes, cardenal brasileño, permanece al lado de Francisco y le susurra: “no te olvides de los pobres”. Para Francisco la crisis climática y social son aspectos de un mismo problema. Por eso, se adelanta a la cumbre de París y el 18 de junio de 2015 publica Laudato Si. En paralelo, entre 2014 y 2017, la Comisión Teológica Internacional (CTI) sesiona sobre la “sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia” y publica su documento en 2018. Ya decía San Juan Crisóstomo que iglesia y sínodo son sinónimos.
¿Qué sucede por mientras en la Amazonía? En abril de 2013 se reúnen en Puyo (Ecuador) las iglesias amazónicas ecuatorianas con representantes de otros países. Ese mismo año vuelven a reunirse en Lima y Manaus para continuar el discernimiento. Al año siguiente, 2014, lo hacen en Brasilia. Para este encuentro el Papa Francisco envía una carta. De esta manera se considera Brasilia el lugar de constitución de la REPAM (Red Panamazónica). En 2015 el cardenal Hummes se convierte en presidente honorario de la REPAM.
Con estos dos hilos fuertes, sinodalidad y medio ambiente, se construye un tejido que tiene a la Amazonía como “laboratorio de la Iglesia”. Así llegamos al Sínodo de la Amazonía (2019). En dicho sínodo se solicita un “rito amazónico”. Un rito que va más allá de lo meramente ritual e incluye la espiritualidad, los ministerios, la disciplina de los sacramentos e incluso el derecho. Un rito que no sea inventado, sino que recoja la sabiduría de los pueblos para poder expresar la catolicidad de la Iglesia en este espacio amazónico, acompañados siempre por la Iglesia universal. Estamos en pleno proceso que, si es aprobado por el Vaticano, entrará a una etapa “ad experimentum”. La iglesia necesita tiempo para discernir lo que Dios nos está pidiendo.
En los preparativos del sínodo amazónico se acuñó la frase “una iglesia con rostro amazónico”. Bueno, el rostro no es precisamente el tema más amazónico. Lo cierto es que se está produciendo un cambio de gran envergadura: cada vez hay menos agentes pastorales extranjeros y más locales. Y en cuanto a economía seguimos siendo dependientes, unas iglesias más que otras, todo hay que decirlo. Mientras la Amazonía se convierte en un espacio de extractivismo, los países que se benefician de él invierten poco en la Amazonía, pese a los servicios ecosistémicos que ofrece este bioma al planeta.
Antes de concluir, un reto anterior a Francisco y que continuará después de él. América Latina lleva desde comienzos de milenio perdiendo anualmente el 1% de católicos. En Perú el 64% de los ciudadanos manifiestan que son católicos. En la amazonía peruana las cifras bajan hasta un 55%, acercándonos a varios lugares de la amazonía brasileña donde los protestantes tienen más presencia que los católicos. No nos faltan desafíos, pero confiamos en la compañía del Espíritu.
Muchas gracias, Francisco, por tu acompañamiento y guía, adiós [A Dios]. O como decimos los cristianos amazónicos: “que Dios te reciba en sus benditas manos”.
Mons. Miguel Ángel Cadenas, OSA

